martes, 10 de enero de 2017

El Ángel de la Muerte

El Ángel de la Muerte

Ni el arrepentido ni el perturbado  que actúa fuera de control, soy yo, ni me siento Con el Agua al Cuello cuando la Opinión Pública me Señala con el Dedo. 
Por lo demás, he sentido el apoyo de mi Institución; pude usar el uniforme de gala  para ir a declarar a la fiscalía y no sólo permití que me filmaran, sino que Posé para la Historia y dije unas cuantas Frases para el Bronce. 
Era muy grato para mí comprobar que aún tengo el poder de aterrorizar; ellos, los testigos, temblaban. Nunca se atreverán a "formular una acusación seria en mi contra"; no conseguirán las pruebas. La mayoría de la gente, aunque me considera una especie de psicópata, está dispuesta a disfrazar su indiferencia (por la impunidad que finalmente he ganado por los delitos que cometí) con el honorable ropaje de la misericordia y del espíritu de la reconciliación. 
Tampoco faltarán los imprudentes jueces que presten toda su colaboración para encubrirme ni los necios que alaben mis fechorías. 
Ilusos que todavía no se dan cuenta que para obtener lo que deseamos debemos llevar una doble vida, así se explica la identidad falsa, la chapa, la idea genial de instalarse detrás de la puerta, para hacer y deshacer. 
Estoy plenamente consciente que soy todo un personaje. Algo así como un símbolo de la crueldad, el demonio en persona (como El Piraña, como la Hiena de Dachau, y claro, nuestro pensamiento es muy parecido). 
Pero no han podido tocarme ni un pelo. Me puedo dar el lujo de hacer lo que me da la gana. Mi Imagen  aparece dotada de tal complejidad que muy pronto no sabrán cómo tratarme. 
Parezco un soldado de la Patria, con todas las virtudes que le han sido atribuidas a lo largo de la historia: gallardo, valiente, viril, un iluminado, un Ángel Salvador, Providencial, (esto está muy mezclado con la religión) y por otro lado, por algunos Cabos Sueltos que dejé, lo reconozco, se tejen historias legendarias que hablan de mi natural vocación tanática, la parte escabrosa que  he ocultado, en general, con bastante éxito. 
Quienes hoy me miran mal, cuando hice el trabajo sucio, agradecieron que los relevara de una función nefasta; necesaria pero demasiado sórdida. La Hiena sabe de lo que hablo. 
Cumplir con el deber de patriota es como usar un Arma de Doble Filo: primero dan una licencia para matar y luego leen el quinto mandamiento. 
En todo caso, entre el premio y el castigo han elegido el premio.
Me han ascendido. Entre tomarse la molestia de indagar y provocar descontento entre las Filas y Hacer la Vista Gorda, No Hay Dónde Perderse. 
La ley que promulgó la Ministra nos vino como Anillo al Dedo, porque si no tuviéramos un Marco Legal para los desaguisados que aparecen como Telón de Fondo en los retratos que registra la historia, todas las fotografías de los Patriarcas, Próceres y Patriotas se nos vendrían abajo. Sí, yo me comparo con ellos. ¡Quién de los fundadores de la Nación no Pasó por las Armas a sus Enemigos!

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