miércoles, 11 de enero de 2017

La Sargento Candela

Nadie me puede hacer cambiar de idea cuando se me Pone Algo en la Cabeza. Así soy: tozuda, intrépida, imbatible. Nada pudo impedir que me enrolara cuando todo parecía Volverse en mi Contra. No tenía preparación suficiente, los soldados me faltaban el respeto, desconfiaban de la índole de mi decisión. Dudaban de mi estado virginal; me sugirieron que me sometiera al mismo examen que Juana de Arco. Creían que era yo una simple ramera, de las que siguen a los batallones. Y yo nunca he sido mujer de esas que siguen a los hombres. A mí me gusta estar en Primera Fila, o por lo menos luchar Codo a Codo con ellos. Sólo cuando me vieron pelear como uno más del batallón y destrozar al enemigo con mi carabina me dieron un reconocimiento unánime y el trato que yo esperaba. Por otra parte, pensando en mi desventaja original y recordando a Juana, obligada a travestirse para hacer valer su Don de Mando, podría modificarse la ley  que hace obligatorio sólo para los hombres el servicio militar. Con Carta de Ciudadanía, ceñidas a los derechos y deberes que otorga la Vida Cívica, merecemos las  mismas oportunidades que garantizan el ingreso a la Vida Militar: buena salud, arrogancia y aptitudes para asumir Las Dos Caras de la Misma Moneda: Obediencia Debida y Don de Mando; hombres y mujeres tenemos derecho a un trato justo y lo justo es que la instrucción militar sea, o una imposición para ambos o el resultado de una libre elección. Y si alguna vez pasara que los postulantes voluntarios disminuyeran tanto que significara la extinción misma de la institución castrense, querría decir, poniéndose en un caso hipotético, que el conjunto de la sociedad habría optado por el pacifismo. Pero ahora sobran postulantes interesados en la aventura de la guerra; unos con más o menos desarrollo muscular que otros, con mejor o peor puntería, con mayor o menor vigor, fuerza y resistencia. En todo caso cualquier insuficiencia física puede ser suplida con la gran variedad de armas que el mercado pone a nuestra disposición: corvos, yataganes, fusiles, bayonetas, metralletas, espadas, armas blancas, como espadines, dagas, sables, o armas modernas como el lanzallamas o la bomba de racimo. No hay nada más apasionante que optar por la Vía Armada para imponer a los tímidos e irresolutos las bondades del nuestro Sistema.

martes, 10 de enero de 2017

El Ángel de la Muerte

El Ángel de la Muerte

Ni el arrepentido ni el perturbado  que actúa fuera de control, soy yo, ni me siento Con el Agua al Cuello cuando la Opinión Pública me Señala con el Dedo. 
Por lo demás, he sentido el apoyo de mi Institución; pude usar el uniforme de gala  para ir a declarar a la fiscalía y no sólo permití que me filmaran, sino que Posé para la Historia y dije unas cuantas Frases para el Bronce. 
Era muy grato para mí comprobar que aún tengo el poder de aterrorizar; ellos, los testigos, temblaban. Nunca se atreverán a "formular una acusación seria en mi contra"; no conseguirán las pruebas. La mayoría de la gente, aunque me considera una especie de psicópata, está dispuesta a disfrazar su indiferencia (por la impunidad que finalmente he ganado por los delitos que cometí) con el honorable ropaje de la misericordia y del espíritu de la reconciliación. 
Tampoco faltarán los imprudentes jueces que presten toda su colaboración para encubrirme ni los necios que alaben mis fechorías. 
Ilusos que todavía no se dan cuenta que para obtener lo que deseamos debemos llevar una doble vida, así se explica la identidad falsa, la chapa, la idea genial de instalarse detrás de la puerta, para hacer y deshacer. 
Estoy plenamente consciente que soy todo un personaje. Algo así como un símbolo de la crueldad, el demonio en persona (como El Piraña, como la Hiena de Dachau, y claro, nuestro pensamiento es muy parecido). 
Pero no han podido tocarme ni un pelo. Me puedo dar el lujo de hacer lo que me da la gana. Mi Imagen  aparece dotada de tal complejidad que muy pronto no sabrán cómo tratarme. 
Parezco un soldado de la Patria, con todas las virtudes que le han sido atribuidas a lo largo de la historia: gallardo, valiente, viril, un iluminado, un Ángel Salvador, Providencial, (esto está muy mezclado con la religión) y por otro lado, por algunos Cabos Sueltos que dejé, lo reconozco, se tejen historias legendarias que hablan de mi natural vocación tanática, la parte escabrosa que  he ocultado, en general, con bastante éxito. 
Quienes hoy me miran mal, cuando hice el trabajo sucio, agradecieron que los relevara de una función nefasta; necesaria pero demasiado sórdida. La Hiena sabe de lo que hablo. 
Cumplir con el deber de patriota es como usar un Arma de Doble Filo: primero dan una licencia para matar y luego leen el quinto mandamiento. 
En todo caso, entre el premio y el castigo han elegido el premio.
Me han ascendido. Entre tomarse la molestia de indagar y provocar descontento entre las Filas y Hacer la Vista Gorda, No Hay Dónde Perderse. 
La ley que promulgó la Ministra nos vino como Anillo al Dedo, porque si no tuviéramos un Marco Legal para los desaguisados que aparecen como Telón de Fondo en los retratos que registra la historia, todas las fotografías de los Patriarcas, Próceres y Patriotas se nos vendrían abajo. Sí, yo me comparo con ellos. ¡Quién de los fundadores de la Nación no Pasó por las Armas a sus Enemigos!

jueves, 5 de enero de 2017

La Ministra


Desde el alto cargo que ocupo debo impedir que recaiga la más mínima sospecha sobre mi determinación de obrar de acuerdo al máximo rigor de la ley. 
Quizás todo pueda sintetizarse con una frase: para ser respetada como autoridad máxima debo ser temida y para ser temida debo ser dura. 
Para probar mi rigidez debo proyectar una Imagen sólida. Severa, sobria e imperturbable. 
Si vienen a entrevistarme y me preguntan por las Viudas de Lonquén diré: “¿Pero cuál es la verdad de Lonquén? ¿No fueron acaso ellos mismos? Yo me lo planteo como una inquietud. ¿No se eliminaron entre ellos? Porque se dice que llegaron agentes de seguridad, con un papel en la mano que decía Dina. ¿Serían de la Dina, digo yo?
” Y a la pregunta de si soy partidaria de que exista una Cárcel de Alta Seguridad, que alguien , con muy mala intención llamó Campo de Concentración, responderé que “es absolutamente necesario que ciertos delincuentes, de características especiales, sean segmentados de la población penal, tanto por la seguridad del resto de la población penal como de la ciudadanía. 
Las políticas penitenciarias modernas recomiendan su existencia para delincuentes peligrosos altamente ideologizados”. 
Encuentro perfectamente lícito que se hagan distinciones muy precisas en orden a calificar los delitos para que su correspondiente sanción se materialice dentro de una cárcel común o penitenciaría y Capuchinos o Punta Peuco o dentro de la Cárcel de Alta Seguridad, según la clase social del reo.

Distinguir entre presos comunes, subversivos o militares, me parece que es un mecanismo jurídico muy útil producto de una sabia decisión política que resguarda, al mismo tiempo, las Sagradas Instituciones y el Orden de la Nación. 
Ese fue nuestro argumento para convencer a los Oficiales condenados por atropellar Derechos Humanos y realizar actos de terrorismo. 
Para acallar los clamores de justicia de aquellos que no pudimos cubrir con el Manto de Olvido, creamos una Cortina de Humo.” Nadie será testigo de vuestro ingreso a Punta Peuco” - les dijimos - tendrán una esmerada atención, como si estuvieran en un hotel o en un hospital militar, tal como ustedes querían”. 
De paso le hacemos un Tapabocas a quienes propagan ideas contrarias al orden institucional. Me complace mucho comprobar que, con el curso de los años, se ha ido perfeccionando el Sistema Penal y Carcelario en lo que se refiere a su doble carácter, punitivo y reformatorio. 
Antiguamente usábamos los sótanos, las mazmorras, las Cárceles Secretas del Santo Oficio; lugares lúgubres desde donde los desgraciados salían, después de un largo cautiverio, más convencidos de sus herejías. 
En cambio ahora, en la Cárcel de Alta Seguridad no sólo no tienen escapatoria sino que en las condiciones de asepsia absoluta son vigilados permanentemente. A través de un moderno e infalible sistema de circuitos y cámaras de televisión y de potentes equipos de grabación, resguardados por un grueso vidrio que les impide tocar a sus seres queridos, los privamos de todo contacto con el mundo exterior. 
Con el pretexto de su pronta y eventual rehabilitación les podemos censurar y prohibir el ingreso de cualquier material subversivo, llámese armas cortas, cartas, libros, poemas de amor, claves, llaves, cualquier cosa que ponga en peligro el funcionamiento del sistema y la curación del apestado. 
Hay que verlo así, como un condenado a muerte por el más grave de los delitos: el delito de desobediencia, que es una verdadera peste. 
Por este motivo el reo se mantiene tras el vidrio grueso, para que se cure y se recupere. Podría asegurar que los reos más temibles, los más atrevidos, los más desafiantes, quedarán al cabo de un tiempo, convertidos en unos verdaderos ángeles, en unos Pobres de Espíritu. 
Y de ellos será el Reino de los Cielos. 

Retratos Hablados


En proceso...